miércoles, 14 de noviembre de 2012

Amigo, tenemos que vernos más



Vuelve a salir el sol en mi ciudad. El compás de los cuerpos hacia el desempeño, nos anuncia que ya queda atrás la aurora. Algunas consideraciones vagas me recuerdan lo desdichado que soy, y obligo a dibujar una sonrisa en mi gesto cansino. No es para menos.

Hoy, he vuelto a saber de ti. Alguien dijo que no te iba mal, que habías superado algunos obstáculos. Esos que la vida acostumbra a lanzarnos sin ton ni son. Me descubrí recordando, nostálgico, viéndote entre tantas sombras que pueblan mi memoria. Joven y seguro, mirando con optimismo el horizonte. Me alegró saber que seguías estando, que no eres un simple recuerdo.

En cuanto a los días, inevitablemente se nos caen del calendario. El calor ha dejado paso a las primeras lluvias. El agua no consigue limpiar el chaparrón de despropósitos que estamos viviendo. La clase política, cada vez tiene que ver menos con los que pisamos este mundanal escenario. Se alejan peligrosamente de la realidad, oponiéndose a dejar de bailar al son marcado por los reguladores capitalistas. Ni siquiera ante estas feas nubes que abruman nuestro panorama, los mercados dan un respiro a sus fines lucrativos.
 
Pero la función debe continuar. Nadie dijo que fuera fácil. La precariedad laboral e incertidumbre económica deberían ser tomadas con visión optimista. O no es mejor usar la creatividad, a quedarnos hundidos en un empleo toda una vida, convirtiéndonos en súbditos del trabajo monótono. Acaso no es esta, una inmejorable oportunidad de cambiar nuestro chip; el que obligaba a comprar el último modelo de coche alemán, por alternativas más económicas y respetuosas, como puede ser montar en bicicleta. Para qué plantearnos aspirar por una hipoteca, si en el edén, de nada sirven los bienes materiales. La vida es algo más que el vil metal.

"Levántense y gocen que la vida es corta,...".
Las cosas más bellas no tienen nada que ver con todo esto. En el camino debe estar el resultado. Así que voy a disfrutar de la vereda. No digo que vaya a vivir al margen de la realidad, eso no sería consecuente conmigo mismo. Simplemente observaré y mejoraré lo que esté en mi mano. Soplando en las velas de los sueños que me rodeen. Y dando la importancia que para mí tengan las cosas, no permitiendo que impongan mis prioridades.

 Ante todo, no dejaré que el desconcierto y la tristeza se adueñen de mi destino. Empezaré llamando a mi amigo. Le recordaré los tiempos en los que éramos más jóvenes, y el futuro siempre estaba aplazado. Repetiré que tenemos que vernos más. Y me alegrará saber que sigue ahí. De saber que se supera. De entender que podemos superarnos.

Por todos aquellos que día a día hacen que este mundo sea más bonito.

miércoles, 26 de septiembre de 2012

Amores musicados (soneto inglés)

A veces empujo una quimera,
el lápiz la alumbra en papel,
y mis pasos no dejan estela;
no son más que sueños a tropel.

Me bebo el vino a grandes tragos,
y olvido que ahora hace frío,
ahogo promesas y amagos,
es hora de soñar como críos.

Y ya dejé de cazar mariposas,
esto si es una falta, Quiquito,
soñemos de nuevo en esas cosas,
que convierten el amor en infinito.

Sellemos un pacto sincero, mezclando las almas con lo que tú pides, hagamos un trato y espero, que así nunca mais de mí te olvides.

Viva el buen vino, que es el gran camarada para el camino (Pío Baroja).
La isla sin Camarón.

viernes, 21 de septiembre de 2012

Cuba. Reflexiones desde un avión que cruza el charco 2

       2.     Sociedad y cultura. El son cubano.

Cuba aún se encuentra viviendo, por sus calles, su magnífica arquitectura y sobre todo por su estancamiento económico, en aquella romántica época ya pasada que el tiempo se llevó para no volver. Sólo un paseo por cualquier población de este caribeño país nos servirá para entender esta afirmación.
Edificio de la calle Villegas en la Habana Vieja. Cuba.
En el casco antiguo de la capital del país, en la Habana Vieja, pude comprobar, y a continuación trataré de narrar, cómo imágenes cotidianas que se suceden a diario, producen impacto a lo ojos de un forastero por su sabor a tiempos pasados: “Con el alba, el anuncio del panadero se escuchó con estruendo cortando el silencio de súbito. Doblando por la calle Obispo, se incorpora a la calle Villegas, vociferando el anuncio de que un día más amanece. Mientras, los primeros rayos de sol tiñen de ocre las desvencijadas fachadas de la Habana. Sus callosas y activas manos, empujan un carro cargado de hogazas de pan recién horneadas, la ciudad se quita las legañas y comienza el trajín diurno”. Un episodio que no hace más que describir con sentida añoranza como el reloj se detuvo a mitad del siglo pasado en la añeja ciudad de la Habana. Impagable oportunidad de revivir escenas que, actualmente, no son más que fotos en blanco y negro de lo que ocurrió en la mayoría de grandes ciudades de este planeta.

En Cuba la música no se toca. Se siente y se baila. Se canta, y ante todo se manifiesta de todas las formas a la que los cubanos tienen acceso. A cada paso corremos el riesgo de toparnos con un guaguancó, una rumba, un son, punto cubano, bolero, salsa, o incluso reggaeton entre otras muchas expresiones musicales. Es difícil entrar en contacto con este país de manera impasible y disfrutarla como simple espectador. Los cálidos acordes te irán introduciendo en los ritmos caribeños que con el paso del tiempo se convertirán en la banda sonora de tu día a día. En mi memoria, cada pintura de este país está musicada. La música no dejó de sonar nunca, ni bajo la opresión de Fulgencio Batista, ni en los posteriores complicados momentos de la revolución. Y es que Cuba sin música… ya no sería Cuba. 
Músicos callejeros. Agosto 2012. Trinidad, Cuba.
Casa de la Música, Agosto 2012. Trinidad. Cuba












A ritmo percusionado de la clave cubana, el autóctono te atiende con cálido interés. Una ocasión para demostrar, nuevamente, que las ataduras del tiempo no rigen los compromisos del vecino isleño. Los patrones rítmicos marcan, a su vez, el devenir de una jornada repleta de sosegadas paradas, a la sombra de un almácigo o un cedro, huyendo del húmedo y abrasador sol. Es frecuente, encontrar alguno que se guarece bajo su manto, disfrutando de la fruta tropical: manga, fruta bomba, banano, guayaba o el coco.

En la “Plaza de Armas” de la ciudad habanera, se comprueba como la desesperanza del pueblo ha germinado en un carácter afable e inquieto, habituado a mirar el futuro con un obligado optimismo. Los tenderos, en el mercado de libros de segunda mano, hablan reposadamente sobre los errores del pasado, las viejas fórmulas fallidas, y de como la unión del pueblo les ha ayudado a superarse. El cubano, a diferencia de otros países, se ha acostumbrado a vivir con la necesidad, pero esto no les ha robado la sonrisa y el gesto afable.

Y es por esta necesidad, por la que, de los múltiples colonizadores, explotan lo bueno de sus legados; cereales, legumbres, tubérculos, hortalizas, café, arroz, maíz, cacao y sobre todo la caña de azúcar (proviene de América Continental), que antaño genero una riqueza de la que aún hoy podemos deleitarnos con su preciosa arquitectura (la mayoría de ella tristemente estropeada) y fabulosos vehículos (lo que sí parece increíble es que aún se muevan). Esto nos demuestra, que en este singular país, sus habitantes se conjugan con la necesidad, y acostumbran a tomar como suyas las más económicas herencias de subsistencia. Exprimiéndolas hasta hacerlas propias.
Una calle en la Habana, Cuba. Agosto 2012. La isla sin Camarón.
En pocas palabras; resulta imposible entender lo que es sentir Cuba hasta que uno no se da un sosegado paseo por el malecón habanero; transpira su húmedo clima; siente la brisa en Viñales disfrutando de sus imponentes “Mogotes”; se regocija con un chapuzón en una de sus extensas y caribeñas playas; goza del interior de la isla, cargado de densa vegetación; disfruta del atardecer en Trinidad sintiendo al cantautor local; o, simplemente se despoja del reloj y, con un mojito o cachánchara1 en mano, degustando un Montecristo, disfruta de una relajada conversación para celebrar que aún seguimos vivos.

Y es que, tal y como bien sentenció Compay Segundo [No espero en un rincón la muerte, ella tiene que perseguirme”], acerca de su manera de entender la vida, así es como la disfrutan sus compadres. Porque en Cuba... no todo va a ser luchar.

Pintadas en las paredes de La Habana, Cuba. Agosto 2012

1 Cachánchara: Dulce bebida típica de la provincia de Trinidad compuesta por: ron, guarapo, jugo de limón y hielo.

viernes, 14 de septiembre de 2012

Reflexiones de un tío que duerme poco.

Parece que la aciaga noche se acerca, esa que, como tantas otras noches, te da la sensación de que va a ser interminable pues no estás muy seguro de cuándo volverá a brillar el sol. El futuro se vuelve turbio, sin sentido, dando cuenta de que la realidad imperante, esa que nos ha venido dada, cada vez se aleja más del paraíso prometido. Son tantas las cosas que se han perdido en el camino, tanto los sentimientos e ilusiones que se han vuelto vacíos, que llegados a este momento, ese en el que nos aproximamos a degustar el desconcertante sabor de la nada, nos sentimos desamparados, desprotegidos, caminando hacia el futuro incierto.

No puedo negar que en más de una ocasión pienso que todo se reduce a vivir siendo individuos alienados dentro de un gigantesco y, a veces, siniestro colectivo, pues mientras más veo y leo de economía, de política, de las elecciones, de rescates, de las declaraciones de nuestros dirigentes, de los sindicatos, de la patronal, del Banco Central Europeo, y, en definitiva, de la madre que los parió a todos, me invade una mayor desesperanza ante el sistema establecido. O nos movemos para buscar una salida, o nos vamos todos a la mierda. Un sistema que fomenta la desigualdad, sea del tipo que sea, en el que la idea es comernos los unos a los otros, y crear así un modelo de vida ¿es acaso un sistema? Joder, bien pensado me acojona. No queda duda que es la hora del cambio, aunque, si es verdad Quique, ¿queda algo de arena bajo los adoquines?

¿Alternativas?, pocas me temo. No hasta que aquellos que deciden sobre el resto se den cuenta de que la teta de la que maman es caduca. Es por eso por lo que yo, otra simple abeja de la colmena,  observo con desesperanza como nos vemos abocados al abismo. Sin embargo, a la misma vez grito: ¡¡basta!! Me niego a entrar en ese oscuro túnel, ese abismo en el que la nada nos ciega y oculta las cosas, y en donde, si nos dejamos engullir, se nos terminará separando de lo que realmente importa: las personas y las sensaciones que con su alegría y presencia nos dan vida y nos dan luz.

Lo cierto es que siempre habrán momentos buenos, y momentos malos, pero quiero ser yo quién decida a cual quiero dar más importancia, y he escogido primar al máximo a los primeros sobre los segundos. El reconfortante reflejo del sol desde mi ventana, el dulce aroma del Atlántico, las conversaciones y el cariño de los que te importan, una sesión de guitarreo entre amigos y copas, el agradable entretenimiento que nos proporciona el cine, la literatura y la música, un simple beso en los labios, el tacto buscando la ternura o ese justo momento en que decidimos al fin susurrarle un sincero te quiero. No permitamos que conviertan nuestra vida en un desgarro al rojo vivo, confundiendo a nuestras piernas cual es el camino que no debió huir nunca de nuestro lado, en el que el hombre siente cómo único futuro sus ojos llorando. ¡Basta!, alcancemos con nuestra inocente y más sincera mirada un nuevo camino. Quizás ahí, es donde radica la semilla del cambio, contrario al futuro incierto. Me despido de ti ahora, no sin antes citarte esa frase final de las Uvas de la Ira, escrito por John Ernst Steinbeck y que trasladó con acierto John Ford al cine, que siempre me ha fascinado, y creo apropiada:

“Nosotros somos los que vivimos. No podrán ni eliminarnos ni destruirnos. Persistiremos y resistiremos siempre. Somos el pueblo

Escrito por Iván Monzón. 14 septiembre de dos mil doce.




viernes, 24 de agosto de 2012

Cuba. Reflexiones desde un avión que cruza el charco 1

Plaza de la Revolución. La Habana, Cuba. 17 Agosto 2012.
  1. Política. “Patria o muerte”.

    Mi primer contacto con Cuba me dejó vacío. De noche, la vía que conduce hacia la Habana carece de grandes luces y no deja disfrutar más allá de dónde alcanzan los faros de tu carro. La ciudad, en Centro Habana, se agazapa usando la luna como habitual compinche.

    "Rincón de los cretinos" en el museo de
    la Revolución. La Habana
    A la luz del día el cuadro es bien diferente; la isla se destapa complicada y contradictoria. La primera flecha de Cuba va directa al cerebro. Abruma, y es esencialmente política. Mensajes revolucionarios despiertan al visitante, al mismo tiempo que sirven para aleccionar al pueblo. Propaganda y frases meditadas que aluden al socialismo, al poder de una nación unida, al esfuerzo, al trabajo y sacrificio constante, a Camilo Cienfuegos, al Comandante y Jefe de Estado el eterno Fidel y su hermano Raúl Castro, a José Martí, y a muchos otros que lucharon por el régimen actual y contribuyeron a derrocar a Fulgencio Batista.
    Pero por encima de ellos, en estos carteles se recuerda la mitificada imagen de la revolución, al Ché. Idolatrado y explotado a partes iguales hasta la saciedad, Ernesto Guevara simboliza al hombre recto, luchador, honrado e idealista que moriría por sus convicciones. Por sus venas corría toda Sudamérica como un único pueblo libre. De improvisto, y en continuas conversaciones con cubanos de a pié, me susurraron que todos estos valores del Ché se echan, francamente, muy en falta y cada vez en mayor medida en el Comandante Fidel Castro y su corte de aduladores. Como todo personaje popular, las andanzas del Ché conllevan una legión de incondicionales al igual que feroces detractores. Sus opositores destacan su fuerte apego a la lucha armada como mediación de conflictos, su derramamiento de sangre o el fusilamiento indiscriminado al que sometía a sus detractores. 

Pintura del Ché por artista callejero. Trinidad, Cuba.
Consignas. Santa Clara, Cuba.

Cuba es diferente a cualquier concepto que entendamos como nación. Es libre ante el hombre del saco, encarnado a la perfección por el imperialista y consumista yanqui, quién somete a su antojo a gran parte de América latina. Pero a su vez, el comunismo ha llevado implícito una losa cada vez más pesada, que recae sobre sus compatriotas; bajo un régimen que dice otorgar el poder, por y para el pueblo, se auspician miserias y opresión sin reparos. Se silencian voces opositoras al poder establecido con sangre. Se restringen derechos al pueblo o se premia al “chiva”: como denominan en este país a los que en otro tiempo se ganaban el favor de la corte a costa de delatar a sus semejantes.
Pintadas en Santa Clara. Cuba.

Su política es un enigma constante y para un foráneo despierta amores y odios. No deja impasible dejando como resultado un complicado posicionamiento. En ocasiones parece difícil entender si es cierto que los medios justifiquen el fin. Y lo más importante, si es este el resultado que se interpretó desde los comienzos de la Revolución Cubana. Es decir, ¿es este el modelo en el que se encuentran el que mejor defiende al pueblo de presiones externas, lo libera del dictador gobierno y le otorga el poder legitimado de su rumbo? o, por el contrario, (y como en ocasiones entendí) el mensaje se ha ido tergiversando y corrompiendo, acabando por beneficiar a unos pocos por encima del bien común.

Entre los grandes fracasos que alejaron a Fidel del pueblo, por lo que pude comprobar en voces de los mismos, están la falta de comprensión, que continuamente han demostrado los dirigentes hacia sus problemas; la desaparición, en extrañas circunstancias, del Comandante Camilo Cienfuegos, pieza clave en la revolución y figura muy querida por el pueblo debido a su sencillez y cercanía; y los asesinatos o encarcelamiento de la mayoría del núcleo duro de la guerrilla que ayudó al cambio social-político por desavenencias con el Comandante y Jefe de Estado Fidel. No me gustaría dejar exclusivamente una idea negativa de la actual política del país. Es deber destacar como se ha logrado una sanidad gratuita para todos sus conciudadanos y de una altísima calidad, reconocida en todo el mundo; o una alfabetización sin antecedentes, de casi la totalidad de la población. En educación y cultura resulta complicado poner algún reproche. No así en otras cuestiones de suma importancia, que por hoy dejaremos al margen, y que bien podrían explicar los miles de ciudadanos cubanos exiliados.

El futuro de este país es francamente incierto. La naturaleza humana le ha tocado a las puertas del mismísimo Fidel. Demuestra signos de decrepitud y fatiga (incluso sus habituales columnas de opinión en el periódico revolucionario Gramma han desaparecido). Y por ello ha designado como sucesor a su hermano Raúl, en un desgarrado intento por alargar la vida del actual sistema, evitando, un irremediable cambio, pues Raúl se encuentra también en edad avanzada. La incógnita que se cierne sobre el pueblo cubano es grande y podremos ver si el cambio que sucederá a estos históricos tiempos mejora lo vivido. O, si dando la razón a la Revolución, los designios de este país son controlados por terceros con mayor poder económico.


El tiempo nos dará o quitará razones. Y así podremos comprobar si se cumple el vaticinio de Fidel, que en uno de sus certeros e históricos discursos, en su propia defensa, pronunció aquello de: “La historia me absolverá”.


Pintada frente al museo de la Revolución. La Habana. Cuba.

lunes, 2 de julio de 2012

20 años sin "El príncipe Gitano"

Hoy, día dos de julio del año dos mil doce, se cumplen veinte años desde la desaparición del cantaor José Monge Cruz.

Al verte las flores lloran. Camarón de la Isla.
El cáncer se llevo de manera prematura a Camarón de la Isla a los 41 años de edad. La persona se marchó, pero nos dejó un legado cultural que lo convirtió, con razón, en un mito. Precursor del cante jondo, hizo universal el flamenco, y acercó los lamentos y alegrías del pueblo por medio de su desgarrada voz.

El disco “La leyenda del tiempo”, marcó un antes y un después en la música y el flamenco comenzó a tomarse más en serio. En el mismo, se fusionaba, como antes no había sucedido, conceptos tan dispares al flamenco como el jazz o el rock.

Son varias las razones por las que este blog homenajea con su nombre al genial artista andaluz. Quizás algún día me arranque por bulerías y lo plasme en una entrada. Pero eso ya es otra historia…

Hasta que eso ocurra, y en memoria de Camarón de la Isla, dejo aquí estas letras de Federico García Lorca. Se trata de un extracto de la obra “Así que pasen cinco años” que fue musicado y convertido en canción. Esta canción dio a su vez nombre al disco.

La leyenda del tiempo. (Federico García Lorca)

El Sueño va sobre el Tiempo
flotando como un velero.
Nadie puede abrir semillas
en el corazón del Sueño.

¡Ay, cómo canta el alba! ¡Cómo canta!
¡Qué témpanos de hielo azul levanta!

El Tiempo va sobre el Sueño
hundido hasta los cabellos.
Ayer y mañana comen
oscuras flores de duelo.

¡Ay, cómo canta la noche! ¡Cómo canta!
¡Qué espesura de anémonas levanta!

Sobre la misma columna,
abrazados Sueño y Tiempo,
cruza el gemido del niño,
la lengua rota del viejo.

¡Ay cómo canta el alba! ¡Cómo canta!
¡Qué espesura de anémonas levanta!

Y si el Sueño finge muros
en la llanura del Tiempo,
el Tiempo le hace creer
que nace en aquel momento.

¡Ay, cómo canta la noche! ¡Cómo canta!
¡Qué témpanos de hielo azul levanta!

sábado, 30 de junio de 2012

Benarés. De aquí a la eternidad.

Calle en Benarés. Continuo hormigueo de transeúntes.
La isla sin Camarón. 31.07.2011
Si conjugáramos el Cielo y la Tierra. Tratáramos de hacer desaparecer la línea que divide el paraíso con lo terrenal. Si buscáramos el lugar en el Mundo dónde se mezclaran sin dolor y con inusitada naturalidad, estaríamos hablando de la ciudad de Varanasi.

Varanasi (llamada Benarés en Indostán). Es la ciudad espiritual por excelencia de la India. Situada en Uttar Pradesh. Su vitalidad, continuo hormigueo y éxodo peregrino se debe a su órgano vital que la insufla de misticismo: el río Ganges. Se trata de la cuna del budismo y el jainismo.

No deja de ser complicado entender, para mi occidental educación, como el lugar esencial de peregrinación dónde todo Hindú desea morir, sea conocido como la ciudad de la vida. Y es que, tal y como me hicieron comprender bajo el húmedo sol de Benarés, nacer, puede llegar a ser aleatorio, pero si se puede elegir dónde dejar este terrenal mundo, y partir hacia el nirvana; siempre será en esta sagrada ciudad.

Junto al río Ganges, se suceden las ceremonias hinduistas de cremación sin descanso. Los deseos de los difuntos hacen de este lugar un constante ir y venir de cadáveres. Espiritualidad, paz, descanso y armonía.

Más de 100 ghats se convierten en los lazos que unen la vida y la muerte, lugares por los que los vivos suspiran para que sus últimos días finalicen con su inerte cuerpo calcinado cayendo al sagrado río.

Ceremonia a la caída del Sol. Varanasi.
Casi sin pestañear, para no perder ni una sola imagen de las escenas tuve la fortuna de vivir, observaba maravillado la celebración de la muerte, como una suerte de vida nueva, una reencarnación. Entre el agua sucia del río, y sus seres queridos, se sitúa el cadáver. A escasos metros, puedes llegar a ver como el cuerpo se va quemando con naturalidad, envuelto en telas, hasta dejarlo caer al río viéndolo alejarse a la deriva. En muchos casos aún sin descomponer, para dar la bienvenida a su reencarnación.

Me sigue sorprendiendo, ante todo, su manera de afrontar la muerte. Lo hacen sin remilgos. Sin miedos. Tuteándola y abordándola con naturalidad.  Dándole sencillez a un paso más de la vida.


Artesano. Benarés.
Dentista en la calle. Benarés.


Pero no sólo por las cremaciones me fascinó Benarés. También dejan huella las diferentes ceremonias a orillas del río Ganges. Al caer el sol, y con la entrada de la noche, se suceden ritos en diversos lados del río para honrar al dios Shiva. Música, cánticos, fuego y coloridas flores. Mágica ceremonia que se repite a diario sin caer en la rutina o la superficialidad barata, debido a su contenido espiritual y religioso. Al finalizar, entre las barcas que surcan el río, este se llena de numerosas velas que flotan a la deriva, impresionante.

Al alba, con la llegada de los primeros rayos de sol, también se acerca la población a las orillas del río para realizar baños que purifican limpiando los pecados y ofrecer un espiritual tributo al Dios del Sol. 


Por todo ello, parece ser que existe un puente entre nosotros y la eternidad. Se encuentra en el tramo que transcurre por el Ganges y baña a la ciudad eterna de Benarés.

No encuentro mejor manera para definirla que parafraseando el título de aquella deliciosa película con Burt Lancaster: “De aquí a la eternidad”, y es que jamás estuvo tan cerca el cielo de la tierra.




miércoles, 30 de mayo de 2012

Océanos de fuego y tierra de malvasía.

En Lanzarote encontramos gran parte del carácter del canario. Cálido, cercano y reflexivo. Acostumbrados al ir y venir de pueblos, el conejero es impasible espectador del desembarco de culturas y miradas. Para lo malo, y de sobremanera, para lo bueno.

Su oscura tierra está marcada por océanos de picón1 que desafían al paso del tiempo. Espuma, salinas del Janubio y soledad bucólica. Alisios difíciles de adivinar en paisajes de “hace un millón de años”, hacen de la isla un lugar que nos invita a ensoñaciones de cuentos mágicos y pinturas impertérritas. No en vano, el mundo decidió escupir en ella su infernal fuego, mostrando sus entrañas sin pudor en Timanfaya.

Cultivos en la Geria. Lanzarote 2010.
La Geria. Lanzarote 2010.


La mística que se le atribuye a esta isla viene definida en gran medida por sus elementos: el fuego, el viento y el agua. Caracterizados mejor que en ningún otro lugar como el picón, la vid y la salitre del océano Atlántico. Cuadros salvajes deslumbran a sus visitantes, rindiéndose una y mil veces ante la extraña atracción de su cuerpo inhóspito. Aquí ni el constante sol ha sido capaz de rajar las piedras.

Algunos fuimos testigos de sus silenciosos susurros nocturnos, y embelesados suspiramos deseando sentirnos un conejero más. Creímos oír en el jable2 el llanto agónico de la “Princesa Ico” rememorando la prueba del humo que esta debió superar. O esperábamos con infantil ansia encontrar tras algún escarpado risco, una tranquila calita en Los Ajaches en la que la hermosa Mararía estuviese realizando algún rito de magia negra.

Los más osados, se despojan de mundanas ataduras fundiéndose con el encanto de la Geria hasta convertirse en parte de su paisaje eterno. Ilustres inquilinos de la isla que se resisten a partir y se perpetúan en sus anales como Saramago o Manrique, o el tinerfeño Arozarena, convertidos en símbolos por los que la isla ha hablado dando fe de su magnetismo creativo. Incentivados, claro está, por el seco vino blanco de malvasía y un enyesque de queso de cabra de Uga. 

El diablo en Timanfaya. Lanzarote 2010.

Océanos de Picón.
Parque Nacional Timanfaya. Lanzarote 2008.

Parque Nacional de Timanfaya. Lanzarote 2008.
  
1 Picón: Cenizas que expulsan los volcanes en sus erupciones. Al solidificarse se convierten en lava volcánica.
2 Jable: Nombre que deriva de la palabra francesa “sable”, que significa arena.

martes, 10 de abril de 2012

Las Palmas de Gran Canaria 2012

El café matinal de este domingo ha sido más pausado de lo habitual. Último día de la festiva Semana Santa y ojeando los periódicos una noticia de mi ciudad absorbió mis pensamientos embarcándome en un paseo mental que mezcla recuerdos, lugares, personas y nostalgias.

Desde hace algún tiempo he querido trazar un mapa de imágenes en un papel sobre lo que veo en Las Palmas de GC, pero lo que empieza como una serie de frases con algún sentido termina convirtiéndose en un desorden de palabras sin un propósito común. Quizás lo que me ocurre es que veo con tan buenos ojos la ciudad dónde nací que no soy capaz de centrar mi discurso y este se diluye como el gofio en la leche. Por enésima vez trataré de dibujar algunas líneas sobre la capital de Gran Canaria.


Siempre que evoco a Las Palmas de GC de chico me viene a la memoria la Calle Mayor de Triana. Pasar recorriéndola a voces haciendo machangadas1 con compañeros del colegio. Uniformados, mochilas cargadas y parches en rodillas y codos. En Triana he visto el paso de años como si de un hijo se tratara. Cambios de lustrosos comercios de principio del siglo pasado a tiendas multinacionales. Música y ambiente. Castañas y orquesta sinfónica en navidad. Procesiones y pasión en Semana Santa. Mercadillos, simultáneos de ajedrez, exposiciones de coches, obras artísticas,… y ante la mirada del tiempo el continuo cambio de piel encarnado en los propios adoquines y farolas de esta transitada vía.

Más tarde fui conociendo la majestuosidad de la playa de Las Canteras. Primero acostumbraba a ir con mi madre. Ya fuera por la zona de playa chica para marisquear2 en las rocas o bucear con las gafas y el tubo; de la arena a la rocosa barra natural con margullada3 en el ascensor incluida. Como delante del “Reina Isabel”. En esa zona solía ir con una pelota y se improvisaba algún partido. En la adolescencia nos juntábamos algunos niños y niñas con granos en las zonas de la playa con más testosterona por metro cuadrado. La edad del pavo más que de la inocencia.

En el vetusto Estadio Insular aglutiné gran parte de los sueños que me acompañaron en mi niñez y juventud. Esas tardes de sábado se convertían en mágicas desde el almuerzo. Partía desde la Alameda de Colón en procesión hasta el mismo coliseo amarillo. A medida que te acercabas te encontrabas con el gentío que te impregnaba de los aromas de buen fútbol. De los anhelos de una ciudad en recuperar viejos laureles encarnados en míticos jugadores canarios que dieron lustre a nuestra tierra: Tonono, Guedes, Germán, León o Castellano, escuchaba comentar con socarronería a los más veteranos. En el Bar Viena estaba el epicentro del peregrinaje. Los olores a puros, calamar seco y barón dandy se mezclaban con los sonidos de trompetas y cánticos pasionales antes de entrar a la eterna Grada Naciente.

Con el carnaval conocí la parte de la ciudad más festiva. Los canarios somos gente abierta al vacilón y fácil de encender. Mis primeras mascaritas llegaron a caballo entre las bondades del Ron Arehucas y la música festiva en el Parque Blanco y Santa Catalina.

A todo esto agregaría un puñado de lugares de interés a bote pronto como pueden ser:

La sinuosa Avenida Marítima; balcón al Océano Atlántico de nuestra ciudad. Larga, soleada, deportiva, que inicia su andadura en la playa de La Laja. En sus múltiples paradas encontramos el Muelle Deportivo o la Playa de Las Alcaravaneras y finaliza en el Puerto de la Luz; importante enclave comercial entre Europa, África y América.

Vegueta; colonial e imagen del legado cultural del paso de civilizaciones. Calles empedradas y museos. Fogones y copas. Cañas y tapas. La catedral, Plaza Santa Ana y sus perros bardinos, Plaza de Santo Domingo, Espíritu Santo y un sin fin de mágicos rincones.
Calle Peregrina. LPGC 2010

Águila en Calle Mayor de Triana. LPGC 2010

San Cristóbal; barrio pesquero de sal y vida. La puntilla o el Auditorio Alfredo Kraus, idílicos principio y fin de la mencionada playa de Las Canteras. Parque de San Telmo y sus kioscos modernista y gótico. O el remozado Parque Doramas en dónde encontramos el Pueblo Canario. Es este un lugar de innumerables recuerdos de niñez. Muchas generaciones estuvimos dando de comer a las tortugas que allí se encontraban o jugando al fútbol en la canela tierra del parque.

Catedral basílica de Canarias. LPGC 2010

Se que aún me faltan muchos rincones por pintar de Las Palmas de GC, lugares que llenar de imágenes y recuerdos. Esperaré a que ellos dejen sus huellas en mi memoria para convertirlos en parte de mí. Será ahí cuando la primavera deje paso al otoño y los viejos nos sentemos al atardecer en la rubia arena de Las Canteras. Escucharemos nuestros lamentos y me dedicaré a salpicar de ensoñaciones pasadas los oídos del que me quiera escuchar acerca del mágico idilio entre la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria y un servidor.

1 Machangadas: Tonterías.
2 Marisquear: Acción de coger lapas, burgados, mejillónes, cangrejos, erizos o pulpos.
3 Margullar: Bucear.

miércoles, 4 de abril de 2012

A este lado de la carretera

Ayer soñé que tenía un bebé. Bueno era algo más complicado que todo eso. Soñaba que estando tranquilamente en casa recibía una llamada urgente del hospital. Al otro lado del aparato me comentaba una chica muy alterada que tenía que ir a buscar un bebé que yo había dado a luz cuatro meses antes (no entiendo aún por donde lo expulsé) y que en su momento se pensaba que había nacido muerto. No se pueden ni imaginar la expresión de mi cara en ese momento. Por un lado estaba contento porque sentía como si mi hijo hubiera resucitado. A su vez no podía ni creer que yo estaba capacitado para tener hijos, pero por lo que recuerdo ahora, lo asumí con bastante naturalidad.

Al poco tiempo desperté un poco agobiado. Pensé que debía explicarle a mi pareja que algún amigo me había introducido la semillita del amor, sin yo estar de acuerdo, creo.

En definitiva. No fue un gran sueño, pero si que fue original. Y por un momento fui papá y mamá a la vez. Cosa que me hizo doblemente feliz.

Abrazos a todos y que tengan una buena semana Santa.


Romería de Tegueste. Tenerife 2007.
PD: Adjunto foto sacada en Tenerife hace años. Extraña sincronía de colores y posturas de tres romeros al expulsar el vino del país.

miércoles, 29 de febrero de 2012

Positivismo y despertar

Muy buenas compañeros. Otro amigo se suma a La Isla. En este caso su nombre es Abril. Recibido con los brazos abiertos y esperando que se repita aquí va lo que nos quiere contar:

“Positivismo y despertar.

No sé de donde vengo, a dónde voy y mucho menos quién soy. Guerras, avalanchas, crisis, y comedias románticas; dónde dije sí digo Diego; sudo, frío, y ya no sé si quiero estar o estar contigo.

He tomado una decisión, voy a averiguar quién soy. Me importa menos de donde vengo pero tengo claro que ya no me quiero dejar arrastrar, y mucho menos sin saber hacia dónde. Desde hace algún tiempo quiero establecer contacto con la tierra que piso, de afianzar los pasos y de sentir que soy capaz de cambiar el rumbo. Cada día que pasa sé que está más cerca el momento de gritar y que se nos oiga, de dar un toque de atención, un toque serio, de mostrar nuestro inconformismo, y si hace falta incluso de cambiar nuestro modelo.
Tal vez hoy todo esto sólo sean ideas que me abruman, ideas ideales, pero tal vez mañana no lo sean…

Buenas noches”.

 Fdo. Abril

miércoles, 1 de febrero de 2012

Y yo estoy aquí y ahora. C´est la vie.

Quizá deba estallar una nueva guerra. Que los que queman los sueños no mueran en la impunidad. Tal vez debiéramos volver a mirarnos a los ojos con sinceridad y no evitarnos; acostumbrados a sobrevivir tapando agujeros.

Las llamadas a gritos se suceden de quien ha perdido la esperanza. Pero su lamento aún no se escucha en los corrillos de los que se mueven por intereses. Alienados nos gusta seguir la corriente.

Yo, mientras tanto, busco el frío en pleno invierno. No me acostumbro al trópico y su temperatura constante. Ni frío ni calor. Ni blanco ni negro. Y es que estamos en tiempos difíciles. Pretéritos que se aparecen en ciclos intermitentes. Y pienso si esta ola se llevará con su espuma toda esta suciedad.

En las noticias vemos estrellas fugaces, algunos menos malos de lo que nos hacen creer, otros peores que los primeros. El horizonte entre la justicia y la verdad parece desaparecer. “Toda verdad depende del prisma con el que se mire”, repiten creyendo que así les acompaña la razón.

El 2012 no hace más que saludarnos, pero lo miramos con desconfianza. Y en los albores de un cambio de piel, se requieren radicales símbolos y generosos líderes que nos comprendan. Pero no se vislumbra.

Y en mi cabeza repican las elocuentes palabras de Sampedro. Simples, sinceras, directas… Si todos tuviéramos esa claridad. En ocasiones bastaría con tener sentido común y humanidad.

Y yo estoy aquí y ahora, pero mi voz no la escucho. Me silencio en mi desilusión. Mi mundo se reduce a mi entorno y ni siquiera puedo cambiarlo de órbita. Tampoco sé si hay alguien ahí fuera al que le importe.

Pero me siento y pregunto: ¿aunque la humanidad llegue tarde al fin del mundo, es esto motivo para que dejemos de intentarlo?.


Adjunto enlace.
Entrevista de Jordi Évole a José Luís Sampedro