miércoles, 22 de julio de 2015

Música y letras

La música regresa a mi cabeza, despedazando la melancolía. Mis pies vuelven a bailar a su aire con su habitual torpeza y las teclas de mi ordenador repican intermitentes en la noche.

Me pierdo en atajos, deambulando entre letras que se buscan unas a otras, deseosas de vibrar con la rima eterna. Mientras, sigo colocando bloques con forma de palabras, uno encima de otro con cariño, acumulando pequeñas pirámides que llenan mi casa de color.

Y toso. Toso palabras que espolvorean mi habitación de imágenes. Sacuden mi silla como leones hambrientos. Vuelan lejos, escondiéndose de mi presencia, burlándose de mí, engatusando a los desconocidos con sus cuentos, gritando con júbilo su libertad.

Y yo regreso a la pantalla, batiendo las palabras con comas y puntos hasta dejarlas a punto de nieve. Parpadeo y oigo mi voz pentagramada mientras la música continúa sonando. Y pienso que ojalá nunca deje de sonar.

Peluquería rural "abierta 24 horas". Orchha, India.
Julio 2011. LisC.

Este verano haremos una exposición con un puñado de fotos sacadas en diferentes países en las que, sin intencionalidad, se han retratado diversas maneras con las que los humanos nos ganamos el pan.

La exposición trata de ser una reflexión en imágenes sobre las condiciones, la dignidad o las desigualdades laborales existentes entre diferentes culturas.

La muestra será itinerante en cafeterías/bares de arraigo cultural. A falta de cerrar algunas fechas, daremos confirmación de los lugares en los que atraquen estas fotografías en los próximos días.

Abrazos amigos

viernes, 10 de julio de 2015

Aniversario

Es posible que me enterara pasado algún tiempo, incluso puede que algunos años más tarde algo me alertara de lo ocurrido. El mundo es algo que no esperaba, respuestas que se ahogan en el mar.

Así que esperé volver a verte. Amarré mis días a tus huellas para seguir escuchándote. Pero no fue suficiente. Marchaste sin explicar, sin hablarnos de lo que sería el vacío, el pesado hueco que me frena esposado a mis tobillos tristes. Sin darme cuenta mis ojos dejaron de olerte, mi cabeza se olvidó de estar despierta pegando bastonazos de ciego.

Los días pasaron, cargados de otras cosas que no importan, que van erosionando la memoria. Meses, hasta doce años de oscuro sentimiento, de espera que no termina.

A veces consigo que el atardecer se alargue en los días soleados, cuando creo verte en la voz de otras gentes, entre los pasos de nuestra sangre o en los caminos que sin merecerlo riegan mi vida de amores. Me alegro y sigo en vigilia. Siendo feliz, soñando despierto.

Ya no cuestiono. Simplemente espero sin más. No sé si será cierto, quizás sólo sean deseos de volver a saber que sigues. Que aún resistes en tu absurda pasión de amarnos por el resto de nuestro tiempo. De seguir regalándonos tu vida. De saber que nunca de marchaste.

Pasaje Mercedes Miranda Dasca. LPGC. Julio 2015.
La isla sin Camarón.