Al bajar del coche el calor de Jodhpur adormecía mis hasta entonces estimulados sentidos. Tras el habitual caos de la India , de contínuas bocinas de vehículos sonando (que bien podrían ser los latidos de las ciudades hindúes) y del cansino paso de las aburridas vacas sagradas; se asentaba el Mercado de Sardar.
Desde mi posición sólo podía divisar una vieja torre color ocre al término de la calle. Se erguía discreta, pidiéndole permiso al furor de la ciudad.
A cada paso me acerco al mercado, adentrándome en una gran colmena de actividad desacompasada.
A cada paso me acerco al mercado, adentrándome en una gran colmena de actividad desacompasada.
En un primer momento los gritos de la gente se mezclan en mi cabeza con más pitas y empujones. Ante mi, van sucediéndose bazares de textiles, artículos decorativos, maletas, bolsos, telas, pashminas; y van grabandose en mi cerebro la extensa gama de olores que se suceden uno al otro. Del jazmín a la caca de vaca, del anís o curry a las cloacas del entorno. Sol, y humedad.
Al llegar al centro del mercado topo con la vieja torre y su reloj, que saluda majestuosa. Esta vez, ya no pide permiso. Cuando la luna se levanta, tornará su color en vivas tonalidades de neón.
En la aorta mayor, que cruza partiendo en dos el mercado, se encuentra su mayor movimiento con el contínuo paso de los tuk tuk, motos y demás seres vivos.
Pero es en sus pequeñas arterias en dónde mejor aprecio la magia de este país. Al adentrarme lo voy descubriendo. Sus gentes abiertas te ofrecen toda clase de alimentos. Algunos ajenos a mí, occidental. A pesar de sus carencias, sus miradas son acogedoras y sentidas.
Esquivando animales sagrados consigo llenarme de la esencia del lugar, de sus costumbres, los imprescindibles puestos de condimentos: pimientas, extensas gamas de currys, frutos secos, cardamomo, jengibre, canela, clavo, variedades de arroces Basmathi, cominos,… sus samosas o pakoras. Puestos de frutas y verduras, cocos, piñas, mangos, guayabas, pastas y legumbres varias.
En estas arterias encontré el lugar con más sabor del mercado. Y es que las sensaciones más primarias se trasmiten por los sentidos. El mercado me cautivó por sus olores penetrantes y el calor de sus gentes.
23.07.2011 Jodhpur. India.
Jodhpur está situada al Noreste de la India y es la segunda ciudad más grande del Rajasthan. Se la conoce como la ciudad azul, por el color con el que pintan sus casas.