lunes, 29 de diciembre de 2014

Correspondencia entre dos Mundos IV

... de Las Palmas de GC a Kinshasa (IV): La isla sin Camarón

Abrigando mi cuello y bolsillo estoy. Poniendo en cuarentena una crítica quijotesca voy dando pasos que se adentran en la obsesiva navidad, siempre prematura y soplando intereses de centros comerciales.

¿Cómo estás camarada, que tal va tu nómada vida?, en mi casa de siete puertas (tal y como las llamaba Pedro Guerra) la cosa sigue su ciclo natural.
En política, se afanan in crescendo en cortar cintas inaugurales, pues es año de elecciones y hay sacar buena nota. Empleo, sanidad, servicios… hay cosas que mejor no masticar demasiado, no sea que la queja se convierta en vicio…

Hace unos días, algo se rompió en mi interior. Desconozco si sabes de la pronta demolición del Estadio Insular de nuestra ciudad. (hasta desconozco si sabes de su existencia ;-). El caso es que se trata de un lugar emblemático en la ciudad, no sólo por hazañas deportivas. Sé que a ti, el futbol ni fu ni fa. Pero en este caso entiendo estarás conmigo que hay lugares que traspasan fronteras sentimentales. Lugares que acaban cargando con la memoria colectiva de un pueblo, se van moldeando de una idiosincrasia que los revisten de un encanto único.

En breve se demolerá y decidí pasarme a observar la decrepitud de un lugar en la historia de mi ciudad que un día era epicentro social de eventos y deporte.



Aquí tienes la imagen. Lo observé y me vi de chico entrando a animar con una bufanda amarilla, unas pipas y con una sonrisa socarrona. De pronto, un aliento apagado atravesó un instante mi cabeza. Paredes y tierra cargadas de historia, batallas deportivas, ilusiones de niñez, amigos, penas y alegrías. En fin. Será eso a lo que llamamos progreso… o a lo mejor es sólo que nos estamos haciendo viejos.

Abrazos y que tengas un buen comienzo de año. Salud!




.. de Kinshasa a Las Palmas de GC (IV):  Bocanada de oxígeno

…lugares que imaginan a un colectivo sonreír para adentro, lugares que a veces simbolizan la unidad y estabilidad social de ese pueblo que mencionas, es decir, lugares importantes por el bien común. Mucho me temo que la clase dirigente predecesora que debe irse, la cual se contamina y mezcla con el interés del poder económico, no tiene ni ganas ni recursos inteligentes, ni valía ni visión de futuro, no han sido capaces de jugar en una liga mayor de carácter social. Simplemente, no están a la altura de las circunstancias, no conocen el mundo ni como amortiguar los cambios, cómo valorar la empatía del pueblo haciéndolo más competitivo y educado a base del uso inteligente de nuestros recursos, de una gestión participativa y democrática, y no con bocadillos de mortadela.

No estoy a favor del fútbol estelar ni de los jugadores de 20 años patéticamente idolatrados con millones de euros en pro del negocio clandestino, pero me gusta el deporte de equipo (ya sabes que el mío es el Basket) y lo que representa, y un equipo y su feudo puede ser un símbolo de estabilidad, de unidad en éstos tiempos de separatismo constante, tan aplaudido por algunos sectores.

Canarias y el pueblo español ha sido una región deshonesta consigo misma, sin interés colectivo ni ánimo de mejora a partir de la unidad. Qué ridículo se me hace pensar en el pleito insular, me da vergüenza ajena, pero es mi vergüenza también. Qué patético es el carácter nacionalista de la élite catalana y los “pro vascos” al margen de la ley; ayer veía una entrevista en la TV5 internacional francesa a Tiken Jah Fakoly (escuchar el famoso tema “Plus rien ne M´Etonne”), decía que su sueño es ver unos Estados Unidos de África. En parte tiene razón, más allá del falso paternalismo occidental y la masacre perpetuada en la colonización, actualmente cada país africano debe tomar sus riendas y hacerse responsable de su futuro, y esto pasa por la unión y la estabilidad de sus instituciones, fuertemente corrompidas. No están unidos y no son estables, lo veo ahora mismo en RD Congo, 186 de 187 en las listas de desarrollo humano, IDH.

Ese estadio reunía a un amplio colectivo ciudadano y lo hacía más feliz, por tanto más fuerte para afrontar la inestabilidad social actual, la pesadumbre de las carencias de empleo, educación y sanidad. Su destrucción, podría ser un símil más de la minoría dirigente que ha vivido y ha trabajado por el bien de otra minoría potente económica y socialmente, mientras que debieran haber vivido como la mayoría y además trabajar para el bien de la mayoría, eso es una sociedad democrática, igualitaria, y con bases sociales serias. Lo actual es un chiste vergonzoso que no deja de sorprendernos día a día.  

Pero así es, todos cometemos errores, y yo también los he cometido, así que veremos qué pasa en el futuro compay, por lo pronto espero visitarte en febrero o marzo a mi vuelta a las islas!

Un abrazo,
Jaime 



viernes, 19 de diciembre de 2014

Una noche sin ti

La noche no difería de cualquier otra. Sólo mi ánimo la pintaba optimista.

Nos encontramos como habitualmente. Sin darnos pistas fueron cayendo aleatoriamente algunos habituales. Otros, secundarios de corta memoria, simplemente no cuajaban.

En la entrada, desfasados cirróticos desafían el frío por unas míseras caladas de yerba. Deben de llevar meses inmóviles.  Al cambiar el sentido de la brisa llenan el bar de su inconfundible fragancia. Creí reconocer entre ellos a Jesucristo (así es como se me presentó) y al tipo al que una vez vi sacar amenazante un cuchillo de los pantalones dentro del bar. Ya no hay respeto por nada.

En la pared banderas de la Unión Deportiva, bufandas, insípido nacionalismo y arados canarios. Mobiliario amortizado hace décadas y algo de serrín en dónde la barra muere.

Las mesas apelotonadas acumulan botellines vacíos y conversaciones inacabadas. La arista más ruidosa de la mesa que comparto oculta alguien que pretender subastar cariño.

Tu ausencia dispara mi capacidad de consumo. Algunas cervezas después, me olvido de ti.

Cada viaje al sótano a mear encuentro algo de aire. Dibujo corazones en el fondo de la taza, silbo algo de Burning y medito acerca de si aún te tengo a tiro. Me detengo a leer las pintadas de la puerta

Bebo y río. Abrazo palabras e insultos. Fijo la mirada en el espejo frente a mí y descubro al dueño tras la barra, discutiendo y harto de la vida.

El aroma a petricolor lagunero cubre mis pasos en el zigzag involuntario a casa. Pesco un último cigarrillo en el bolsillo descubriendo en la primera calada que esta partido…. mejor, este es que crearía problemas de impotencia…

Abro el portal creyéndome silencioso y encuentro de frente a un borroso Monchito, ínclito portero de edificio, junto a su bigote de brocha gorda. Entre suspiros sacude un esputo."Ya es tarde para morir joven", me parece escuchar mientras me alejo.


Cierro la puerta, me acuesto vestido con la luz de la mañana sacudiendo ya las sábanas. Me dejo llevar por el vaivén de mis pensamientos…"los economistas están aterrados". Mis ronquidos toman una cadencia fúnebre y por fin desaparezco.