... de Las Palmas de GC a
Kinshasa (IV): La isla sin Camarón
Abrigando mi cuello y bolsillo
estoy. Poniendo en cuarentena una crítica quijotesca voy dando pasos que se adentran
en la obsesiva navidad, siempre prematura y soplando intereses de centros
comerciales.
¿Cómo estás camarada, que tal va
tu nómada vida?, en mi casa de siete puertas (tal y como las llamaba Pedro
Guerra) la cosa sigue su ciclo natural.
En política, se afanan in
crescendo en cortar cintas inaugurales, pues es año de elecciones y hay sacar
buena nota. Empleo, sanidad, servicios… hay cosas que mejor no masticar
demasiado, no sea que la queja se convierta en vicio…
Hace unos días, algo se rompió en
mi interior. Desconozco si sabes de la pronta demolición del Estadio Insular de
nuestra ciudad. (hasta desconozco si sabes de su existencia ;-). El caso es que
se trata de un lugar emblemático en la ciudad, no sólo por hazañas deportivas. Sé
que a ti, el futbol ni fu ni fa. Pero en este caso entiendo estarás conmigo que
hay lugares que traspasan fronteras sentimentales. Lugares que acaban cargando
con la memoria colectiva de un pueblo, se van moldeando de una idiosincrasia
que los revisten de un encanto único.
En breve se demolerá y decidí
pasarme a observar la decrepitud de un lugar en la historia de mi ciudad que un
día era epicentro social de eventos y deporte.
Aquí tienes la imagen. Lo observé
y me vi de chico entrando a animar con una bufanda amarilla, unas pipas y con
una sonrisa socarrona. De pronto, un aliento apagado atravesó un instante mi
cabeza. Paredes y tierra cargadas de historia, batallas deportivas, ilusiones
de niñez, amigos, penas y alegrías. En fin. Será eso a lo que llamamos progreso…
o a lo mejor es sólo que nos estamos haciendo viejos.
Abrazos y que tengas un buen
comienzo de año. Salud!
…lugares que
imaginan a un colectivo sonreír para adentro, lugares que a veces simbolizan la
unidad y estabilidad social de ese pueblo que mencionas, es decir, lugares
importantes por el bien común. Mucho me temo que la clase dirigente predecesora
que debe irse, la cual se contamina y mezcla con el interés del poder
económico, no tiene ni ganas ni recursos inteligentes, ni valía ni visión de
futuro, no han sido capaces de jugar en una liga mayor de carácter social.
Simplemente, no están a la altura de las circunstancias, no conocen el mundo ni
como amortiguar los cambios, cómo valorar la empatía del pueblo haciéndolo más
competitivo y educado a base del uso inteligente de nuestros recursos, de una
gestión participativa y democrática, y no con bocadillos de mortadela.
No estoy a
favor del fútbol estelar ni de los jugadores de 20 años patéticamente
idolatrados con millones de euros en pro del negocio clandestino, pero me gusta
el deporte de equipo (ya sabes que el mío es el Basket) y lo que representa, y un
equipo y su feudo puede ser un símbolo de estabilidad, de unidad en éstos
tiempos de separatismo constante, tan aplaudido por algunos sectores.
Canarias y el
pueblo español ha sido una región deshonesta consigo misma, sin interés
colectivo ni ánimo de mejora a partir de la unidad. Qué ridículo se me hace
pensar en el pleito insular, me da vergüenza ajena, pero es mi vergüenza
también. Qué patético es el carácter nacionalista de la élite catalana y los “pro
vascos” al margen de la ley; ayer veía una entrevista en la TV5 internacional
francesa a Tiken Jah Fakoly (escuchar el famoso tema “Plus rien ne M´Etonne”),
decía que su sueño es ver unos Estados Unidos de África. En parte tiene razón,
más allá del falso paternalismo occidental y la masacre perpetuada en la
colonización, actualmente cada país africano debe tomar sus riendas y hacerse
responsable de su futuro, y esto pasa por la unión y la estabilidad de sus
instituciones, fuertemente corrompidas. No están unidos y no son estables, lo
veo ahora mismo en RD Congo, 186 de 187 en las listas de desarrollo humano,
IDH.
Ese estadio
reunía a un amplio colectivo ciudadano y lo hacía más feliz, por tanto más
fuerte para afrontar la inestabilidad social actual, la pesadumbre de las
carencias de empleo, educación y sanidad. Su destrucción, podría ser un símil
más de la minoría dirigente que ha vivido y ha trabajado por el bien de otra
minoría potente económica y socialmente, mientras que debieran haber vivido
como la mayoría y además trabajar para el bien de la mayoría, eso es una
sociedad democrática, igualitaria, y con bases sociales serias. Lo actual es un
chiste vergonzoso que no deja de sorprendernos día a día.
Pero así es,
todos cometemos errores, y yo también los he cometido, así que veremos qué pasa
en el futuro compay, por lo pronto espero visitarte en febrero o marzo a mi
vuelta a las islas!
Un abrazo,
Jaime
hasta a mí me dio pena lo del "Insular", no me vi en el fútbol pero si en muchísimos conciertos y los primeros de mi vida; Mecano, Hombres G, Radio Futura, La unión, La guardia, Luz Casal y mucha salsa. Esa grada curva vibraba!!.
ResponderEliminarPor cierto...el fichaje de la isla, un puntal!
Hasta el año que viene y feliz 2015
Besitos
Pues sí. Lugares que acaban siendo emblemáticos en los corazones de sus ciudadanos. Ahí me firmo Sabina un autógrafo cuando tenía en torno a diez añitos. Una pena que algunos no hagan política para y por el pueblo.
ResponderEliminarMuchas gracias y feliz 2015 a todos.
Besos!