viernes, 14 de febrero de 2014

Los 65 del flaco

Si les mento a un tal Joaquín Ramón Martínez Sabina, natural de Úbeda, es posible que no les suene de gran cosa. Pero si les hablo de Joaquín Sabina es más que probable que ya sepan a quién me refiero. Habrá algunos que ni aún así conozcan a este artista, pero a buen seguro hayan escuchado alguna de sus numerosas y exitosas canciones.

El caso es que este señor que me susurró en muchas ocasiones su música y del que una época llegué a aprenderme un largo puñado de sus temas, ha cumplido antes de ayer los 65 años. Aquella edad a la que Paul McCartney nos cuestionaba si seguiríamos siendo amados en la armoniosa When I´m sixty-four (¡ah!, que quiere decir 64... pues nada, disculpen mi osadía) y a la que Sabina tiene la fortuna de que le soporte la incombustible Jimena1.

Y que mejor efeméride que hablar de tal insigne personaje en este blog, que entre otras muchas razones toma prestado de un verso de la preciosa Así estoy yo sin tí su nombre (curiosamente escrita en la isla del Hierro, cuando Sabina era un hippie barbudo). Como ya dije en otra entrada (20 años sin el principe gitano), algún día quizás me arranque a explicar el nombre de este bitácora cibernético, pero eso ya es otra historia...



Foto: Javier Krahe, J. Sabina y Alberto Pérez. 
Cuando era más joven y viajó en sucios trenes que iban hacia el norte.

Para festejar la existencia del autor de tantas maravillosas letras, del etiquetado por algunos como el Quevedo contemporáneo, me apetece rescatarles una canción que me parece increíble y oculta además una bella historia a sus espaldas. Se trata de un tema que se escribió a partir de una carta que el subcomandante Marcos le hizo llegar a Joaquín Sabina en una de sus visitas a México. La carta, al igual que los versos que la acompañaban de puño y letra del insurgente combatiente, fueron recibidos con temor por un Sabina al que se encomendaba la difícil misión de completarlos y hacer con ellos una canción. En cierta ocasión, el cantante desvelaba que tardó años en abordar el trabajo, pues no se sentía capacitado a cometido de tal envergadura.

La historia de esta canción, así como el extracto de la carta y su bello motivo, lo puedes encontrar en este enlace: Carta del Subcomandante Marcos a Sabina. Y a continuación la letra definitiva del tema, dónde se perciben dos tipos de composición diferenciada; las tres primeras estrofas son del Sub. Marcos y las restantes de Sabina.


Como si llegaran a buen puerto mis ansias
Como si hubiera donde hacerse fuerte
Como si hubiera por fin destino para mis pasos
Como si encontrara mi verdad primera

Como traerse al hoy cada mañana

Como un suspiro profundo y quedo
Como un dolor de muelas aliviado

Como lo imposible por fin hecho,
como si alguien de veras me quisiera,
como si al fin un buen poema me saliera...
una oración

Como si la arena cantara en el desierto
los cantos de sirena del mar Muerto
Como si para crecer sobraran las escaleras,
como si escribiera un ciego un libro abierto.

Ven a poblar el zócalo de ojos,
siembra de migas de pan caliente
mis canas de alcanfor adolescente.

Ponle al sordo voz y alas al cojo,
bendice nuestro arroz, nuestro minuto,
como si no fuéramos cómplices del luto...
del corazón.



Mostrando lo poquito que le quedaba de su persona. Fuente: EL PAÍS
Celebrando pues su cumpleaños -sus cuarenta y veinticinco podría definirlo él-, su confirmado disco que en breve podremos escuchar, que hoy es 14 de febrero -San Valentín para los que como yo no prestamos gran atención a ese tipo de citas- y sobre todo, su mayor legado, que es su música y letras, les dejo con algunos enlaces más de canciones en los que se habla de amor/desamor y todas esas historias raras que van de la mano.


Y como dijo algún sabio, cuyo nombre me reservo; quise, me quisieron, dejé, me dejaron, reí, soñé, lloré, amé,... ¡¡pero sigo vivo!!

 
1. Enlace a fantástica entrevista de Juan José Millas a Sabina en la que al final aparece Jimena.

4 comentarios:

  1. Genial.., a ver si llegamos también a los cuarenta y quince,
    abrazo
    jaime

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    1. Amigo, si llegamos a los 40 y catorce pero bien vividos tampoco me quejaría... Abrazos desde el sur

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  2. ¡Arriba las letras de Sabina!!

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