martes, 22 de junio de 2021

LA NOCHE DE SAN JUAN y “EL PORTAL DEL NUBLO”

Ahora que se acerca la celebración de la siempre esperada noche de San Juan, me ha parecido interesante hacer una pequeña reflexión sobre una de nuestras festividades más emblemáticas y que además coincide con la noche en la que se basa mi primera novela “El Portal del Nublo”, que Bilenio Publicaciones va a publicar en próximas fechas.

Como bien saben los que visitan nuestras Islas, así como los que nos hemos criado aquí, es que si por algo se caracteriza Canarias, más allá de por su clima siempre benigno y la belleza de sus paisajes, es por su marcado carácter tricontinental, que la convierten en un cruce de caminos y de culturas, muchas de las cuales han tenido fiel reflejo en sus tradiciones, supersticiones y creencias.

Una de las más populares es precisamente la Noche de San Juan, una tradición milenaria que se celebra en diversas partes del mundo pero que en Gran Canaria, y sobre todo en su capital, Las Palmas de Gran Canaria, adquiere una significación muy especial, al ser una noche que también coincide con sus fiestas fundacionales.

Sin embargo, lo que no muchos saben es que la celebración de la Noche de San Juan en Canarias hunde sus raíces en el origen de los tiempos, mucho antes incluso a los tiempos de la conquista, envuelta en un halo mágico y de misterios sobrenaturales, que ya nuestros antepasados aborígenes relacionaban con el inicio del verano, al que llamaban Achún Magek y que al contrario de lo que recoge la creencia popular, realmente no se celebraba en la víspera del 23 de junio, sino en la del solsticio que es en realidad dos días antes.

Ya en las crónicas de la Conquista se narraba que para los antiguos canarios esta fecha era fundamental, pues para ellos marcaba ya no solo el inicio del verano, sino de un nuevo año y la recolección de las cosechas. Según se cuenta, además de excelentes conocedores de la astronomía como han demostrado los recientes descubrimientos en torno al Risco Caído y el yacimiento de Cuatro Puertas, los antiguos canarios pre-hispánicos aceptaron y mezclaron de buen grado la costumbre castellana de encender hogueras en la víspera de San Juan, con sus propios rituales de adoración al Dios del Sol Magec.

Desde entonces, la tradición popular dicta que esa noche se enciendan innumerables hogueras en diversos puntos de Gran Canaria y, más recientemente, a lo largo y ancho de la playa de las Canteras, pues es una festividad que aunque nace del fuego también se sumerge en el mar, y que alcanza su máximo apogeo en el momento en el que se apagan todas las luces y dan comienzo los fuegos artificiales en distintos puntos de la playa.


Cada 23 de junio, la mal llamada noche más corta del año se transforma probablemente en la más intensa, en un ritual de alegría y esperanza mediante el que los más supersticiosos y espirituales dicen adiós a lo viejo y abren los brazos con ilusión a la aparición de algo nuevo y mejor que pudiera llegar a comenzar a la mañana siguiente.

Es una noche en la que el brillo de las hogueras se apodera de la oscuridad, anegándola para traer la luz de nuevo a nuestras vidas y alejar a los malos espíritus, en una combinación mágica que entremezcla al agua, la tierra y el fuego, y que en nuestra tierra va siempre acompañada por el sonido de las batucadas, los bailes, la comida y la bebida a orillas de la playa.

Como ya tendrán ocasión de descubrir a lo largo de la novela, en la noche de San Juan todo es posible.... pues es una noche que como les digo, está envuelta en un halo mágico y de misterios sobrenaturales, en la que todo puede suceder... y cuya llama, aún a pesar de las adversidades vividas, siempre permanece brillante junto a nosotros.


Texto compartido por Iván Monzón López, autor del libro “EL PORTAL DEL NUBLO”






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